Los títeres hicieron de las suyas entre el 25 y el 30 de enero, en el marco del sextoº Festival de Títeres Internacional Surterra. Una cita que reunió a Sudamérica a través de estos muñecos, llegando a la ciudad compañías de Brasil, Argentina, Ecuador, Uruguay y Chile.
Con una producción mucho mayor gracias a la obtención de un Fondart, la actividad ha evolucionado de manera notable desde su inicio el 2005, cuando participaban sólo compañías nacionales. Ahora, se realiza por segundo año consecutivo junto a Concepción y consolida un movimiento titiritero que en Chillán ya lleva 8 años. “Acá partió con la compañía Vagabundo y luego la Pelafustán. También hay chicos que hacen animación con títeres, chicas de parvularia de la Universidad del Bío Bío que realizan algunas cosas, etc. Hay harto movimiento”, comenta Ariel Arévalo, parte del grupo organizador del encuentro.
Y ese trabajo de años es el que tiene a Surterra con un creciente éxito. “Cada versión va mejorando el tema. Se va difundiendo y asiste más público, junto con una evolución de la calidad del espectáculo”, afirma.
Laura Ferro, artista de la compañía argentina Chachakün, destaca los logros que hay verano a verano. “Yo vengo desde hace 4 años al festival, cuando llevaban sólo dos versiones. Era mucho más pequeño de lo que es ahora y con nada de apoyo” afirma. Por ello, comenta que “mi percepción es buenísima, porque he visto año a año crecer el festival y al público acompañar la instancia. Es increíble la convocatoria y la prensa que ahora tiene”.
Así, no titubea al describir el fantástico arte que desarrolla desde los 16 años y que provocó dejar las carreras psicología y medicina. Según ella, la gente al ver estos montajes “se encuentra con diversas técnicas, con poesías, con fantasías, con historias y con su propia historia en algún momento”, desechando el concepto que encasilla a la disciplina como sólo para niños
excelente
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